Espejo de la vida...

Tenía la casita, acechando en la puerta,
casi como un olvido, vestido de tristeza.
Ventanas derruidas, particular certeza
que su vida de hogar, se fue...o estaba muerta.​

A veces la caricia, de las enredaderas,
maquillaban su frente, de ventanas caídas.
Y dos sauces llorones, con sus ramas vencidas,
recostaban en el techo, sus verdes cabelleras.​

Ya no mateaba el dueño, sentado en una silla,
mirando la patrona, baldeando la vereda.
y en el viejo canterito, donde la flor de seda,
brindaba sus colores, reinaba la gramilla.​

A veces, cuando paso, me miro en el espejo
del frente de la casa y aparece la vida.
Así de igual la infancia, se me esfumó,perdida,
así en el olvido...también quedó aquel viejo.​

Marino Fabianesi​

 

LA añoranza por las por los elementos que recuerdan nuestra infancia siempre logra que nuestra nostalgia se vista de ternura, aún cuando la tristeza roza la poesía.
besos

 

Si...a veces la nostalgia se mete en las letras, viejas añoranzas que andan en el corazón, reclaman cosas que inevitablemente, ya se fueron.
Pero qué vamos a hacer, vale a veces escribirles para que sigan sigan vivas.
Marino.