Esperanzas de candidez perdida

En el silencio me embarga el ruido de las estrellas,
estremecen mis veredas de gentíos llenas.

Un suspiro arrojo a los vientos que todo el tiempo muta,
de las premuras del alma nuevos soles florecen.

Despojo de mis entrañas maliciosas raices viejas,
atrás quedan las quejas del corazón al alma que no hace caso.

Maraña de araña en lo alto se forma,
de gris adorna el pasado ya sumido.

De que pinta el colorido juventud tan inocente,
por hacer caso a la mente voy quedando desprolijo.

Me aflijo en lo profundo como mar bravo del puerto,
que aplaudan mis adentros por margaritas nuevas que nacen.

En el cielo se vislumbran esperanzas de candidez perdida,
aunque queden las heridas todo nuevo se hace.

Adan Paz.​

 

Hablas bien, y tienes sentimientos.
Juventud, ¡ Divino tesoro !
¿ Perteneceremos a la secta de los Pitufos, o los Liliputienses ?
Porque los Testigos de Jehová, son aburridos.
¿ Es cierto que en la Antigüedad, en esa tierra de Canaán, hubo gigantes ?
Ninguno tan bueno, o comprensivo con lo abstracto, como Gulliver.

 

Bello y profundo poema en el marco de una certera y sensible escritura. Un abrazo amigo Adan. Paco.

 

Muchas gracias! Que les guste me motiva a seguir escribiendo, un abrazo!