Espirales que ruedan

Espirales que ruedan a su centro

donde luces se ocultan de su miedo

de cortinas de humo y de la niebla

de fantasmas viejos con sombrero,


sumidero de caricias hasta el fondo

cobijo de la yema de los dedos

botón de oro de cualquier deseo

tecla donde Dios puso la nota,


almacén donde caló la risa

gota a gota filtrándose hacia dentro

como punta de lengua que ahora sella

la misiva que dirijo yo a tú pecho.


Y ahora el tiempo descansa en el abrazo

en enredos de vientres y caderas

en las vueltas de hilos en el pelo

en tejidos de tu ser en la cabeza.


Espirales que ruedan a su centro

latifundios con sabor de boca

apogeo de viajes sin derrota

cueva del amor, pasión sin ceros.​

 

Amado, José María, primeramente me encanta esa escalera. Un poema donde brota la sensualidad, donde se lleva hasta el centro del universo de la persona amada. Aquí disfrutando tu hermoso poema con una taza de café. Me encanta, me encanta...

Besos desde la margarita que me sigue diciendo que "sí"

 

En mi trabajo hay una muy parecida a esta, me gustaría enseñártela y declararme en ella, si quieres con un ramo de inocentes margaritas o de girasoles amarillos y luminosos.
Besos y siempre más.