Esponsales-.

Qué hacías tú, vivo?

En esa pregunta se encierra

toda una filosofía, acaso, estabas

vivo? Perdiste todos tus anillos

en ciertos esponsales, cansado

de algún ruido externo, prohibiste

sucedáneos y serenidades. Propio

del servicio militar, tu vida transitó

llaves metálicas oxidadas, y vestigios

de algún naufragio interno. Oh próspero

tubo de ensayo, probeta insistente que

apaciguas mi calma impertinente, acaso

es de recibo el malestar en el Parnaso?

Alguna canción desviada transcurre

un aviso estelar de materias incendiadas

crujen el ámbito familiar, contradicciones

y alguna adicción. Sí, decir chorradas

será tu destino-.



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La muerte se lleva el interior

cumplimenta su suerte el extinto calvario

neutraliza lo áspero de vivir

la muerte es un niño espabilado

cumple la árida zona de desacato

esplendor interior, acacia talada.

La muerte finge, destruye, y mi ámbito

es sólo Dios-.









Llevabas muchos nervios

nervios de venas y nervios de los otros

el árbol había crecido

intensamente fracturado

llevabas mucho nerviosismo

en tu mente adormilada.

Almohadas y jacintos

azucenas blancas y ásperos

pies volitivos:

una promesa tu futuro.







Seré una voz?

Acaso el futuro conlleva

la marca del cementerio?

La llave extingue su secreto

próxima a la efigie desubicada?

Oh, todo me mantiene en vilo, y yo

sueño con ser hombre-.





Mi cuerpo ya transita

su voz es una perenne desorientación

piedra de llanto verbo o acaso

una materia de celestes vegetaciones

destino, sino, o como quieras llamarlo.

Tu locura es la fragua de tus padres-.





No vas a publicar nada.

Tu sino es morirte de hambre

la calle es el mejor lugar

para resplandecientes mendigos

llenos de tatuajes o barbas delicuescentes

ahora, el bravío toro cumple su ecuación

solar-.





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Sabes... a veces me pregunto ¿qué hago aquí, en esta vida? Grato leerte

 

Sólo es literatura, amiga Marian, gracias por tu paso por mis palabras, un abrazo-.