Esta vez ya nos tocó...

Crónica de una tragedia relatada con la sensibilidad y belleza que le imprimes a todos tus textos.
Ha sido un gusto llegar hasta tu rincón.
Un abrazo.

 

Gracias, Malena.
Es un verdadero placer contar con tu presencia. Agradezco la sensibilidad.

 

No había visto que estaba ya activo el vídeo, gracias compañero.
La historia es en sí misma un desgarro, como le ocurre a la mina, y con ese desgarro de barro y piedras se petrifican y enlodan las vidas que quedan, porque gran parte de esas vidas permanecerá para siempre en ese lugar, en esos momentos.
Haces que pueda sentirse el dolor de los que padecen, seguramente porque la cercanía a ellos se vuelve hacia uno mismo y se tiñe no solo la piel, sino el corazón de los que allí están.
Decir que es un trabajo hermoso puede parecer contradictorio cuando lo que se pretende es dejar constancia del drama pero quiero valorar también el trabajo de recopilación de imágenes, palabras y sonido que acompaña lo que el fatídico momento ocasionó para siempre, lo que sigue ocurriendo y es narrado de primera mano.
La delicadeza con la que lo tratas es digna de ser elogiada.
Un gran abrazo Engel, con mucho cariño.

Palmira

 

Utilizo tu maravilloso comentario para rescatar este escrito.
Fraternal abrazo querida amiga.