Estamos apestados, es el son.

La ciudad aterida, congelada,
tiembla y se desespera en tapabocas.
Las palabras se filtran como rocas
en un tamiz de tela cual colada.

Tal parece que no pasara nada,
mas se ve la impaciencia si provocas.
La gente quiere al sol tender sus ropas
y bailar en la noche una zambada.

Mas no debe reunirse, ni tocarse,
ni besarse, ni darse un apretón.
Estamos apestados, es el son.

En esta gelatina, no agitarse,
que se puede causar la resonancia
y abasto no daráse la ambulancia.​

 

Estamos saltones ante la más mínima provocación.
El verso final tiene acento en quinta.
Un beso, Luciana.

 

Gracias por la indicación, ya he corregido, aunque se oye un poco forzado, pero ya queda bien el acento. Un beso.