Este es el discurso semi-ortodoxo

Este es el discurso semi-ortodoxo que difundió el hijo de DIOS, Federico Klemm, allá por la belle epoc en Rumania:

“Queridos colegas y no colegas, quiero abriros mi corazón, por lo tanto les hablare acerca de Franciscor De Toballesqui, quien como todo el mundo recuerda, luchó contra Colon y sus malvados discípulos. Permítanme recordarles, oh estimados gentlmen, que yo, junto con mi esposa biológica, hemos escrito centenares de libros acerca de Franciscor, tales como “Franciscor”, “El señor De Toballesqui”, “Cantemos junto a Franciscor”, “Las aventuras y desventuras de Franciscor y sus amigos imaginarios, etc.”,”Hablemos de sexo oral”, entre otros que no quiero citar. Gracias.
Nacido en 1299, Franciscor fue hijo de su padre y su madre. Criado en la ciudad de Rerere Este, este futuro dentista, jugaba con sus amigos en las calles, y, a solas en su habitación, practicaba el arte de la odontología con su perro Skipy.
¡Skipy!, ¡Skipy!, gritaba cuando llamaba a su perro.
Bien. Una vez terminados sus estudios secundarios en el conservatorio Olímpico, trabajó junto a sus primos en el astillero de la city, pocos meses después renuncio por lo bajo, generando conflicto en la familia. Cansado de esa bajeza familiar que él había creado, decidió escapar.
En su viaje rumbo a España, conoció a Yepeta, quien días mas tarde se convertiría en su esposa. Una vez en España, ingresó a la Universidad de Dientes, y en poco tiempo se convirtió en el odontólogo mas conocido del universo. Gracias a esto, les brindó un buen pasar a su esposa y su hijo Puto que lamentablemente nació sin brazos, sin piernas, sordo, ciego, tuerto, manco, mogólico, y mala persona.
Cuentan las malas lenguas que Franciscor, le era infiel a su esposa. Se dice que la engañaba con la madre de Colon, yo personalmente no lo creo, aunque hay pruebas que lo demuestran rotundamente.
Uno de los grandes descubrimientos de este genio de la ciencia, Franciscor De Toballesqui, fue la espinaca, sí mis queridos señores, la espinaca. Pero pasemos a otro tema ya que soy alérgico a los frijoles mágicos.
Lamentablemente, y ya me comprenderán por qué digo esto, Franciscor y Colon vivieron en el mismo barrio. Sí, los dos iban a “el almacén de DOÑA MARIA”.
Cabe comentar que Colon era un infante de solo unos seis años, cuando entre ellos surgió una gran disputa, ¡Oh no, como odio contar esto!, si, en el almacén, la pelea empieza por una simple aceituna. Pero esta fue solo una excusa, ya que en el fondo se producía la primera y ultima guerra psicológica de la humanidad. Meta pa’ ca, meta pa’ lla. La guerra duro años. Algunos dicen que terminó en América, con la muerte de Franciscor en una pelea salvaje sobre la cima del Aconcagua, yo no lo creo, aunque existen pruebas irrefutables que lo demuestran, como el hallazgo del cadáver de Franciscor en la cima.
Lamentablemente tengo que despedirme, a causa del tiempo, pero los dejare pensando con una excelente parábola literaria del hijo de Franciscor, y dice así: “Podrás partir una mandarina en gajos, podrás orinar en un avión, podrás nacer, podrás morir, podrás freír un huevo, podrás descubrir América, podrás dominar el Mundo, pero nunca podrás ser DIOS . . . ¿o si?”.