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Este sentir

Tema en 'Poemas Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Juan Ignacio Clavero, 24 de Agosto de 2017. Respuestas: 0 | Visitas: 230

  1. Juan Ignacio Clavero

    Juan Ignacio Clavero Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    9 de Agosto de 2017
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    71
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    71
    Género:
    Hombre

    Solo soy un ser humano
    que mi experiencia remito,
    que busca un sentir hermano
    que renazca en un escrito.

    Un sentir de la montaña
    lejana, vieja y ancestral,
    un emblema maternal
    de toda tierra aledaña.

    Cama filosa, filosa y fuerte,
    en un vasto campo, que enaltecido
    por su bella imagen, ya merma inerte,
    un muro de piedra que duerme erguido.

    Un sentir tan fresco como río claro,
    torrente de canto, bello y natural,
    que canta en un dueto, el viento en el árbol,
    su hermoso soneto, con voz gutural.

    Un sentir tan libre como el ave joven,
    que alzada en sus alas se invita a volar,
    las brisas por donde sus plumas se asomen,
    iniciando un plácido, viaje universal.

    Tan suave y paciente, así teje su nido,
    dejando en el roble su hogar terrenal,
    así como teje el hombre encendido,
    sumido en pasiones el arte de amar.

    Un sentir salvaje de bravura innata
    como se desata en el margen del mar,
    bramaba celoso, a la luna de plata,
    la que impone altiva su presencia astral.

    Profundo y oscuro solloza la pena,
    se revuelca y tuerce en su pesar herido,
    golpeando las rocas, de las que él es suela,
    las rocas magnates, de pasado andino.

    Un sentir vigente, que dicta la escuela
    con fuerza maleva, su hacha elemental,
    que irrumpe, alborota, rama vieja o nueva,
    el viento en su enojo, buscando la mar.

    Toca cascabeles en la hoja del junco,
    arrasando, a veces, con toque infernal,
    luciéndose en cono la hojarasca al punto,
    de expresar perfecta su esencia inmortal.

    Un sentir caliente de arena vidriosa,
    que va del desierto a su fin austral,
    entre torres verdes, de piel espinosa,
    que vagan, ociosas, de un beber vital.

    Que ardor invencible, en el aire se cobra,
    un peso amarillo, fuego abrazador,
    se esconde total huido por la sombra
    que inunda las dunas al cenit del sol.

    Un sentir helado de pureza fría,
    que así estremecida baña alrededor
    del paisaje un blanco, de melancolía,
    que responde al tono de un soñar mejor.

    Diamantes fugaces, momento inaudito,
    que al alzar su vista dan su don mayor,
    estrellas vecinas, vórtice infinito,
    que despierta dentro un placer superior.

    Un sentir callado, sutil y asonante,
    abstracto y atado, al reflexionar,
    quien abre las puertas de un mundo semblante
    y aguarda, excitante, a quien quiera pensar.

    Que habla de a gritos el rumor de un eco,
    y muere en la boca del que va a cantar,
    matando el silencio y el espacio hueco
    del sentir que en coplas, se va a liberar.​
     
    #1
    Última modificación: 24 de Agosto de 2017

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