Estirpe minera

Minero de negra cara
Alegre y siempre el primero
para ayudar al amigo,
al señor y al compañero.
Valiente como un torero,
Sientes la tierra en tu centro,
El carbón en tu cerebro,
La oscuridad en tu vientre
Y el silencio...
Hay...el silencio...
El silencio se respira.
Primero inspiras silencio
Para luego espirar ruido
Ruido artificial, mundano
Producido por el hombre
Cuando tiene el martillo en la mano.
El carbón... le escucha inerte
Le mira desconfiado
Clava su martillo en él
Y con una lágrima grasienta
Se aleja de su pasado.
Vive en su mundo,
No en este,
Desconecta su cordón
Para conectarse a la tierra,
Carbón y polvo le nutren
Al agua lo atrae de fuera,
La fuerza vive con él
La desgasta entre las piedras
La oscuridad, el polvo y el miedo
Los exprime de la tierra.
Puede parecer pequeño
Puede parecer humano,
Pero el hombre que allí entra
Tiene otra estirpe, otro rango
La pasta con la que está hecho
Ni es arcilla ni es barro.
Es polvo de carbón,
Amasado
Refractario.​

 

Me encanta este poema,tiene ritmo frénetico
y genial,un placer descubrir tus letras no puedo
por menos que felicitarte y darte estrellas que
bien mereces.Un saludo cordial desde mí amada
Toledo (España).

 

Muchas gracias por tus palabras, animan a seguir escribiendo.
un saludo,
Jorge