Esto, esto es la inspiración.

Leed, roed, creed, viajad...volved.

Tu tez, mi juez. Tu sed, mi pan...mi piel.

Decir no sé
qué nace en mí,
le vi venir
me vi caer.

La red sutil
me acuna al fin.
Versar: la crin.
Pensar: fusil.

Cerré el portal
del ver, del mal.
Abrí el telón
del ser un dios.

Cogí el jazmín,
reí feliz,
duermiendo yo
en mi nube gris.

Vencí hasta al Cid,
llegue a decir
"Al fin, amor...
al fin aquí."

Hoy sigo en vos,
vos me seguís:
leéis mi voz,
yo verso así.

Pedir ardor,
beber carmín,
coser tu olor
a mí... festín.

La inspiración
siguió por mí
yo no fui yo
ni al poner fin.

El alma es
quien véis medir,
rimar, crecer,
narrar, fluir.


Dedicado a Armonía que, sin saberlo, me la regaló. ​

 

veo una buena y excelente modalidad de inspirarse, saludos

 

Así es, cuando la inspiración aparece,
es ella quién toma posesión de nuestro verso.

Decir no sé
qué nace en mí,
le vi venir
me vi caer.

La red sutil
me acuna al fin.
Cogí el jazmín,
reí feliz,

Hoy sigo en vos,
vos me seguís:
leéis mi voz,
yo verso así.

El alma es
quien véis medir,
rimar, crecer,
narrar, fluir.

Estrellitas armoniosas por esta inspiración
que nos ratifica que la poesía es el cauce
donde las sensaciones fluyen.

​

 

Gracias Marian, un saludo.

 

Doy fe de ello, un gran abrazo y gracias de nuevo.