Estoy huyendo al amor que me dabas

Y yo que me creía capaz de volar,
cuando exhausto te contemplaba al andar,
cuando al tomar de tus manos
no sentía el sufrir nada vano.

Y yo que me cruce contigo sin querer,
no fui capaz de dejar ir el atardecer,
ni me percate que fácil el viento
desvanecía mis más felices momentos.

Así, solo así me di cuenta
de que mi deuda no estaba absuelta,
que mi alma pertenecía a alguien más,
que ya solo podía ver mis lágrimas.

Que iluso fui al creer en tus oraciones,
ahora por las mismas obvias razones
estoy huyendo al amor que me dabas,
porque a tu lado sentía que me sobrevalorabas.

 

Palabras que encierran una reflección profunda de tus sentimientos.
Te dejo un cordial saludito y gusto en conocerte.

 

Fueron tus manos los que mis sueños destejieron
en la rueca de tu cintura hilandera,
en un puñado de imágenes crujieron
esa tarde al marcharte con la primavera.




Un verdadero honor leerte en esta magistral composición, de trazo firme en versos lacerados y en llantos del alma, que ama.

 

Es precioso lo que escribiste.

Me encanto, sobre todo porque me sentí muy identificada con lo que dijiste.


Un beso.
Cuídate.