Estructura de un solo

Los ochenta y dos que alguna vez te carcomieron, mambos engendrados de alguna vez que se enterraron y hoy rebrotan, de cuando en cuando rebrotan y circulan cual viento gediento en un día denso de enero. La angustia es como un cataclismo en la tráquea, garabatos de ansiedad que no dejan a dormir aun no habiendo dormido / negligencia de la ustia: depresión / rasguñás los bordes de eso que no te deja salir, vista nublada eterna bruma de un otoño pelado de enero, de enero, en ero // milhojas deshojadas insatisfacción en cáliz refracción, el pedacito de aire derrochado a las 9am que hay abajo de la rodilla paréntesis de un hueco poplíteo
una parafernalia de melodramas, un cianuro de nudos en la meninge procreando úlceras crustáceas al sol pelado (desierto: ‘calofríos)
desatención generadora de vacío: eco de palabras que no se callan, y entonces tu cabeza se vuelve un huracán y entonces empiezan los garabatos y entonces no podés dormir. Cargos: la angustia es la flores secas del estante. El despilfarro del perfume que emana la piel: la eterna insatisfacción. El elixir de esto no se concreta, no hay tal cosa, aflora en un proceso mañoso exponente lleno de adelfas abstrusas.
tu sombra en eco
eco
eco
sin talgia lanco me empalaga la garganta opiácea de las flores de ayer, hes menester saber
del suicida del mes bisiesto hesto que no quiero hélices de alguien más

[ser persona implica aceptar eso y los mil mambos que se te vienen encima / la laguna turbia que se te genera a causa del garabato, la flor despetalada y las notas agudas que te hunden kilómetros bajo tierra: volverlas mariposas]