Estúpida, estúpida mente aveces...

La mente es la maraña que casi siempre me enrieda,
la mente , la mayoría de las veces es mí peor enemigo,
que me tortura y me lastima,
por dentro y por fuera.

La muerte es mí única amiga,
que me perdona, me exorcisa, y me conjura en mí poder.
La matriz es la cordura y el nuevo renacer de mí propio ser.

Otra vez en los laberintos de la ilusión y el vacío, caminando,
y espero que cada día sea más leve, para no correr el riesgo de dejar de existir,
sujetarme eternamente al tormento, y tener que luchar a cada momento con lo que aguarda allí.​

 

Tu poema es un grito desesperado pidiendo ayuda, no te rindas, no sucumbas a ideas que te dirigen a una solución simple y cobarde, enfrenta la realidad, todo tiene solución, menos lo que estás considerando. Espero continuar leyendo tus publicaciones. Si en algo te puedo servir cuenta conmigo. Y no digas que es solo un poema... Ya vendrán otros a darte apoyo y no cierres tu mente por el capricho de tu orgullo... Si tú supieras lo que otros sufrimos... Meditarias y Meditarias tus decisiones, sopesa todos tus pasos y no vivas de sueños, lucha y lo vas a superar...

 

Espero que solo sea un ejercicio poético; muchas veces morir simboliza renacer; los cambios que surgen suelen representar la génesis de una nueva forma de pensamiento; y sobre todo el desapego a aquello que tanto daño ha causado a nuestra alma. Expresar el sentimiento, doblegarlo, invertirlo y hacer germinar al narciso es un buen punto de partida.

Un gusto tu lectura

 

Agradezco tu intención pero no es lo que trámite el escrito, y no sería capaz de hacer algo que no soluciona nada y que sea tan cobarde; gracias por leerme.

 

Valga tu aclaración, eso me hará dormir tranquilo, esa interpretacion surgió a raíz de que vino a mi mente el caso del poeta mejicano Manuel Acuña revelando sus funestas intenciones a través de un brillante poema..

 

La actitud correcta, incluso en el sitio y momento incorrecto... se impone para seguir luchando.

Fuerza, la muerte no es tan mala ni fea como para tenerle miedo, pero tampoco es tan seductora como para buscarla neciamente. La conozco, nos hemos visto cara a cara, y hasta hemos jugado las cartas tirando ella siempre la mejor mano... pero yo jamás le he apostado