Estupidez

Tras una armadura,
de fúlgido acero oxidado,
escondo mi corazón.
Encerrada en una cárcel de oro,
presa tengo mi alma.

Mas gracias a tu sonrisa,
cupido atraviesa mi armadura,
tan infantil y caprichoso,
que me deja mal enamorado.

Por el brillo de tus ojos,
caen la estrellas de cielo,
y rompen la dorada cárcel.

Liberada mi alma,
se extiende hacia el infinito,
huyendo hacia tus brazos,
abandonándome a mi destino.

Mi ira desata tormentas,
que hacen temblar el cielo,
mas mi mente invoca la calma,
fría y calculadora, calma mi ira.
pero llega la pasión,
y desata mis sentimientos,
que suben la tierra al cielo,
y mandan el cielo al infierno.

Y mi mente cansada,
lanza un ataque hacia ti,
para intentar recuperar mi alma,
para tan solo descubrir,
tus caderas de diosa,
mientras el olor de tu piel,
toma mi mente y le prende fuego.

Tras una triste retirada,
mi mente fría y desquiciada,
se refugia en una manta,
una manta llamada locura,
que me envuelve y sustituye,
mi corazón y mi alma,
tras darle a mi mente,
una máscara para que se refugie
de la triste vergüenza,
que trae con sigo la derrota.

Al final de mi triste lamento,
descubro que ha vuelto mi alma,
y viene acompañada de otra,
le pregunto de quien es,
y me responde que es tuya.

Pero en la lucidez de mi locura,
y la estupidez de mi orgullo,
te doy la espalda,
ahora sentirás, el dolor que yo sentí.

Mas una leve vocecita,
me susurra al oído:
-No seas estúpido,
no seas consentido,
que si continuas con esto,
quedarás abandonado y solo.

Pero la estupidez,
tiene la voz más potente,
y firmo mi triste sentencia,
sin posibilidad de redención.
​

 

Un honor ser la primera en comentarte. Te doy la bienvenida a este mundo mágico de la poesía.

 

interesante poema, a veces sabemos distinguirla, saludos y bienvenido

 

Un poema sentido, y el final es realmente doloroso.
Las personas debemos ser humildes, sé que el dolor muchas veces nos vuelve estúpidos, pero debemos tratar de conservar la calma (cosa difícil, lo sé).
Un cordial saludo.

Joel