Eternidad

MANUEL JESUS ALVAREZ
Nunca nací por ser el dueño del tiempo, me llaman Crono, Saturno y mil nombres me dan mis siervos,
soy tablero del juego donde hombres se reparten la tierra prestada por los dioses,
marionetas con autonomía que buscan su espacio en el tiempo, observados a vista de cuervos.
Fijo mi vista en una tierra que la bautizarán como Hispalis, donde a través del tiempo la defenderán feroces.
Miro a esos marineros de viento y de remos, desde un Líbano eterno, navegan libres y sin dueños.
Que no les venza la niebla, sin brújula saben volar en cielos de olas, posándose en orillas.
donde bajo sombras de olivo, se brinda con vino a raudales, conquistan con furia los poetas griegos, interiores e isleños.
Alli Rosas y Ampurias toman nombre naciendo la civilizacion de versos a los sueños y pesadillas.
Soy testigo de la invitación de los Cartagineses a la fiesta de Gadir.
Concedo valentía en Sagunto, y así serán indomables entre aromas.
No se entregarán, es su sentir ante la sumisión, prefieren morir.
Al otro lado, los cartaginenses, se crecerán por encararse a una Roma,
y entre disciplina, aprenderán bailes de alma flamenca mía.
Veo a Aníbal que asedia y conquista a Sagunto aliada de Roma, formándose la "púnica"
Presagio que los Celtas se exaltarán, que no podrán ni con Levante ni con Andalucía,
que lucharán Íberos y Romanos con sed de conquista, rebeldía de Numancia por su valor será rica,
muriendo de pie pero nunca viviendo de rodillas.
Arderá la hoguera de habitantes, sangre que hierve serán los valientes.
Admiro a romanos que saben latín, más los Íberos de guerrillas.
Nacerá ahí el castellano, Séneca y Lucano, escritura de parientes.
De color plata serán los tiempos de filosofias, dejando su legado como herencia.
Vendrán huéspedes de lujo, los visigodos emigrantes,
aprovechando un estado de ruina, harán más grande su decadencia.
El turno será ahora de Eurico, que viste cual romanos,
con túnica y vicios de políticos en debate.
O el bueno de Recadero, siempre en su misa, recibiendo a sus hermanos.
Ya veo a la España que en ocho años se combate,
en Al-Andalus encuentran los musulmanes el aroma de la independencia.
Disfruto con el Principado de Damasco, dinastía de los Omeyas,
con el Califato cordobés, que es todo belleza y paciencia.
Doy fé de su apodo, lo llaman el victorioso, porque tiemblan los hombres en la tierra y lo aclaman las estrellas.
Me gustan sus baños y bibliotecas, de la ciencia hoy protagonista.
El entusiasmo de los científicos de letras, que estos tiempos se van acabando
cristianos toman Granada en la Reconquista,
y a partir de aquí tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando.
Edades nuevas llegarán con sus guerras, héroes y encantos
cambiándome el nombre según cultura y religiones
leyendas que yo he vivido tendrás que aprender en historias y cantos
Soy naturaleza pura, sin tiempos que vigila tus acciones.
Girando el mundo, yo te ofrezco la vida para que escribas tu libro de visitas.
Mis reglas ya las conoces, tú respondes de tus errores, sin adsoluciones
Cuídame y yo a cambio haré eternos tus templos, dioses, iglesias y mezquitas.