Exilio de la poesía (España 1936-1939)

En un exilio silente
callados van los poetas,
sangre negra en las cunetas
y con su palabra ausente.

La España que ora y bosteza
aclama a los dictadores
y encierra a los ruiseñores
en cárceles de tristeza.​

Fue una embestida maldita
de un toro negro zaíno
que en su pitón asesino
a la muerte resucita.

Espadas contra canciones,
derrotes a la cultura
un general, dictadura
falangistas y bufones.

Guardo una fotografía
de brumas en blanco y negro
con la imágen del destierro
donde llora la poesía:

En Víznar la sangre brota
del clavel de su camisa
la muerte fue tan deprisa
que a Federico derrota.

Muerto el poeta le llora
un poema Luis Cernuda
y el llanto que le desnuda
es su tristeza que aflora.​

Vivir sin estar viviendo
el poeta de Sevilla
andaba desde otra orilla,
sus amores escondiendo.

Y Alberti tan contundente
con su voz como un martillo
fustigará aquel caudillo
desde Rusia hasta Poniente.

Gongorismo gaditano
popular y marinero,
brillante como un lucero
marxista como un cubano.

Gerardo Diego un poeta
cultivador del soneto
norteño, serio y discreto
Ciprés de Silos sin grieta.

El maestro de Castilla
afligido en su abandono
musita con triste tono
la siguiente tonadilla:

Fue una guerra sin razón
que removió las entrañas
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
​

 

Sin palabras...
Mis respetos en un abrazo de colores,

 

El ciprés de Silos, sequoya,
que, unido a la Guayaba Feijoa,
verde por fuera, blanca por dentro,
baila el ritmo del koreano:


Oppa Gangnam Style,
con su quinteto Waveya,
para los vídeos de YouTube;
hermanas, todas ellas,





del grupo The Offspring americano.
Cuyo himno " Self-Esteem ",
dedicado a la autoestima,
lleva en su estribillo " Oh-wayo ",





como un lamento, de quien no entiende,
¿ Por qué la dama no lo valora ?
Y así, llegamos a la parodia
del anuncio de Loewe, con el título


Loweve, ¡ Señores y señoras !
Un corazón espinado,
de Manná, que cantó en Méjico,
también a ¡ Sola, sola en el olvido !





¡ Sola, sola con su espíritu !
Sola, ¡ Sola con su Amor, el Mar !
En el muelle de San Blas...
Y de Manná, al Ormus, que nos hace


más longevos. Corazones,
entre el Sol y la Luna,
como lo pinta, en su canción,
Marcela Morelo.





Sequoya, guayaba Feijoa, waveya, oh-wayo, Loweve, Manná y Marcela Morelo.
Porque, de todas maneras, como cantó Manolo Tena:





¡ Tocar madera !

 

Uff...menos mal que has recordado al final al poeta con gotas jacobinas en su sangre, Machado eterno.
Es un poema para leer mil veces y para guardar.


Un abrazo desde Sotogrande, santuario de pájaros cantores.

 

Muchas gracias Guadalupe por el breve pero muy generoso comentario
Abrazos

 

No podía ser de otra manera amigo Vicente.
Gracias por tu comentario que guardo para mi disfrute.
Un fuerte abrazo