Existencia invertida

Vivir en regresión,
morir hasta nacer
con el placer de no estar peor,

tenemos sentidos,
para usarlos,
no para ignorarlos en abandono,

pensamos sintiendo,
y sentimos pensando,

vivimos en esta realidad,
degradación constante,
para fenecer, siempre en declive,

una existencia potable, sería,

el despertar cada noche,
sabiendo que cada día,
terminaría con un sol radiante,

el avanzar del tiempo
solo nos traería nuevos regalos,
porque rejuveneceríamos,
a cada sueño,
en cada año,

una existencia feliz, sería,
el volver,

progresivamente,

a los brazos de nuestros padres,
como seres
que tendrán la certeza
de acurrucarse, apaciblemente,
en el vientre de su madre,

hasta desaparecer.

 

Este poema es un viaje inverso por la existencia, una reflexión que propone que la verdadera plenitud no está en avanzar hacia lo desconocido, sino en regresar a lo esencial: al origen, al útero, al amor primero. La vida se presenta como un ciclo de desgaste inevitable, pero la esperanza radica en la posibilidad de un retorno: no como negación del tiempo, sino como una reconciliación con lo más íntimo y tierno de nuestra humanidad. En la regresión, el poema encuentra redención; en el desapego del progreso lineal, vislumbra la felicidad: una paz última en los brazos de quienes nos dieron el ser, como si la desaparición no fuera un final, sino un abrazo eterno.

Saludos cordiales