Experimentarlo lo cambia todo

No entiendo por qué la gente malgasta su tiempo
en el estúpido juego de creer o no creer.
Conozco a unos que mejor que eso
buscan hasta encontrar y comprobar
o hasta no encontrar nada,
y entonces son capaces de
entrar en conciencia de que estaban
o no estaban en lo cierto.

Mi problema no es con ellos,
si no con la tercera opción:
los que no hacen nada al respecto.

No entiendo a los que se quedan
en la nula y fastidiosa opción
de poner su vida de por medio
y apostar con su alma
a algo por lo que ni siquiera
son capaces de levantar el culo
y mover un par de neuronas
para investigar y llegar a la experiencia
de comprobarlo por ellos mismos.
Me he dado cuenta de que estos personajes
son los mismos que tienen opinión para todo,
saben -a ojos de ellos mismos-
acerca de cualquier materia que se les pregunte,
en otras palabras, ¡tienen la respuesta...!,
pero realmente
nunca han comprobado nada de lo que hablan
ni estudiado nada de lo que aseguran,
sin embargo hablan acerca de todo.
¡Qué patética y triste realidad la de aquellos!

Lo que se necesita es gente capacitada
que realmente viva la experiencia en carne propia
y no
humanos parásitos-vociferantes-esotéricos-pedantes-ignorantes.

Amén (como dirían ellos).

 

Más que un poema, lo valoro como un reclamo a recuperar una característica integral de formación: la credibilidad.
Además que observo el llamado a dejar la soberbia del conocimiento supuesto en la personalidad, y reemplazarlo por la humildad de aceptar nuestra ignorancia.

Es un gran escrito el que nos compartes.

Dragon Ecu