Extravagancia

No me puedo encarar solo
a tan terrible enemigo.
Hoy me apoyo en el amigo
que me cuenta su desdicha
y junto a el abro brecha
al vientre del susodicho.
No me permito retarle
que tantas veces cobarde
apresuró a derrotarme
cada noche y cada alba.
Hoy escalo la montaña
paso a paso y
tiempo al tiempo
que me llevará a la cima
donde con tu mano amiga
prenderemos la bandera
del triunfo.
Sin medida hoy me doy
para recoger el fruto
de la paciencia
y no hay luto que oscurezca
este nuevo día.
Y esta debilidad mia
se desvanece con vos
compañero de fatiga.
Alarguemos nuestros brazos
que al otro lado cien manos
se extienden pidiendo ayuda
y seremos pioneros
en dedicarles primero
el mensaje de esperanza
que nos mantiene serenos
frente aquella extravagancia.​