Fanático.

Te quieren mucho, en cada esquina, porque eres un ángel caminante,
que difumina, en el ambiente, los pesares; los exabruptos;
los transformas en joyas. En collares y pendientes.
Luego, en casa, haces gimnasia rítmica y tonificas tus músculos tensos y tersos...


Yo te dedico algunos versos, porque así ejerzo mi autoridad, en tu senda cotidiana.





Plasmo mi huella como dardo que cae puntiagudo, en la diana.
Introduzco una bola roja, en el tapete verde del billar americano.
Te sigo a todas partes y te he pedido algún autógrafo...
Mas no me toleras. Porque no toco el piano.


Sino la guitarra eléctrica, que puso tus pelos de punta, y le prendió fuego a Michael Jackson.


Soy de estilo Punk y me rompo como un payaso de arcilla dura,
estampándose contra una estantería de obra.
Hago ruido, como una pedrada en el cristal de una ventana.
Y no te gusto. Estoy prohibido...


Por arrojar contra un muro, una lata de Fanta de Naranja.

 

Bello e inteligente versar para un poema del siglo XXI, siempre te introduces en el difícil camino del surrealismo y sales airoso. Abrazote vuela amigo Nommo. Paco.

 

Sí, es que viene conmigo, a todas partes. Soy surrealista y virtual. Me encanta lo abstracto, y procuro disfrutarlo. Este poema lo he vivido en carne propia, y ya, estoy curado de espantos. Atenúo mi fervor. Conquisté esa parcela. Luego resultó no ser el amor de mi vida.