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Farandula 2006

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por Raul Matas Sanchez, 17 de Enero de 2007. Respuestas: 3 | Visitas: 636

  1. Raul Matas Sanchez

    Raul Matas Sanchez Poeta adicto al portal

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    Sin comprar la farándula, o entendiendo a los poetas,
    Cabezas rapadas llenas de pelo,
    Despojo del trabajo,
    Una bencina que sube para que estado tenga recurso,
    In viaje al interior,
    Al Sur de mi país y al Norte de él,
    Un diagrama resumido de todo norte agitado.

    Tal vez es un momento, a renglón seguido de otra frase agitada.

    Después vienen los apuntes,
    Pequeños fragmentos de información,
    Un reguero de pólvora sin guantes,
    Un destino repleto de senderos,
    Una momia, un despojo, un baúl de recuerdos simétricos y el infortunio del beso que se quiere,
    Y que no llega.

    ¿Qué significa el papel en blanco esperando las frases y preguntas?
    Todos nos hemos visto en aprietos con sus padres, los de ellas, hace más del veinticinco por ciento de un siglo.
    Tal vez la risa no participe en este encuentro,
    La mirada volverá a retenernos,
    Pisando los talones de la angustia, ella que se cree todopoderosa e invencible.

    No es para tanto, bueno eso es lo que uno piensa cuando ya no siente la tristeza y soledad de las dos.
    Es como ver solamente el epitafio en los rincones,
    El reloj que golpea los minutos,
    Un sinfín de nubes negras,
    Un desierto lleno de juglares,
    La ventisca disipada en al azotea,
    El instinto regresa a toda casa,
    La doncella se dirige a su amo, que devora toda piel temblorosa.

    Es el largo caminar de toda especie,
    Un silencio apagado con los ruidos,
    Con enormes caminatas por dondequiera.
    No es menos cierto que la bruma nos disipa,
    Que la oscura virulencia de lo oscuro,
    Nos relega a tiritar, buscando calor, tibieza.

    Es el largo caminar del pueblo hundido,
    Ese que quiere dirimir lo visitado,
    Que asesinó al que viola sin piedad,
    Colgado de los pies y mutilado.

    No esperamos el día señalado,
    No dijimos que nadie aullaría,
    Aunque fuera ese dolor tan humillante,
    Humillante y doloroso,
    Un día más en el planeta.

    Despertamos al centurión crucificado, pues hubo un cuarto ser en esas tres cruces,
    Fue el centurión creyente, la sepultura,
    De ahí fue Jehová a rescatarlo,
    Sacando su alma destrozada y rumiando mil reproches del soldado.

    Terminamos el almuerzo enamorados,
    Del pan,
    Las verduras tiernas y humeantes,
    El pescado cocinado para todos,
    Ensaladas de gaviotas sumergidas,
    En un vientre en el campo y en la casa,
    Piso en departamento, acogedor en el invierno y paulatino en el verano.

    No sirvieron los dobleces necesarios,
    Ni surgieron alemanes enojados,
    Un temblor resucitó a un terremoto,
    Y pedimos perdón por ser “traviesos”, los que engullen muchachas en la tarde,
    Y en mañana depositan en la cama,
    Para mirar y observar, caricias oculares de los hombros, vecindario de los brazos señalado, piel de cenicienta incorporada,
    y miradas femeninas de sorpresa,
    de dulzor refrescante y sigiloso,
    el placer se queja de placer,
    sinfonía sexual de cien inviernos,
    el verano un festín de sol dorado,
    de manos generosas, de abrazos,
    de orgasmos dotados de locura,
    de dulzura renueva el cuerpo, agita la epidermis sonrojada,
    abrazos de cuerpos que enloquecen,
    que simulan sobriedad con una risa de jolgorio y complicidad.
    Ya no vienen los blindados a quemarnos,
    Ya no tienen pulcritud,
    Ni buena estampa.

    No hay desdicha mayor que ser humano,
    No hay mayor euforia que serlo.

    El verano no duró,
    No fue allí, no dijo que podría enamorarse,
    Que un candado jamás lo amarraría.

    Es por eso que el festín dejó de serlo,
    Y se convirtió en una masa lujuriosa,
    Cuando todos se dieron vuelta y abrazaron,
    Al primer cuerpo que encontraron.

    Si eso es incorrecto, deberá purgar sentencia eterna,
    Una y otra vez la misma celda,
    El cobijo dispar de todo anciano,
    Del prisionero renuente a renovarlo.

    Es posible una tregua mitigada,
    Un resorte en simulacro, una esfinge,
    Una feria de Amor, una Kermesse,
    Alemanas corriendo entre sonrisas,
    Entre amplios escotes generosos,
    Para comensales cerveceros y calientes,
    Para el hombre dirigido y conservado.

    No te expongo a vivir con mi locura,
    Tal vez se te ocurrió mezclarla en huevo, y en harina,
    Para hacer una torta compartida,
    Un postre artesanal, una palabra,
    Un grifo de amistad, la larga espera, el agua derretida sin el fuego.

    Es un día largo amistades,
    Comparten los visillos y las puertas,
    También participan las ventanas, curiosas como siempre, mirando por ellas lo que pasa,
    El fértil dirigible en las alturas.

    Es la imagen del desierto mutilado,
    El cojín acogedor de mis miradas,
    Sin el lucro necesario del dinero,
    La confianza en el metal diseminada, y disipada por el viento y las lagunas,
    Estrellas del agua renovada.
    Zarpazos milenarios, gran dilema,
    Saber de qué animal son estos restos, diseminados por la noble cortesía,
    Sin razón para negar y sin razón para asentir,
    El siempre cuerdo contradicho en el discurso.

    Viajen, viajen, permanezcan, vayan a despedirse del pasado,
    Regresen con él a tierra firme,
    Al inerte momento del instante,
    Al instante permanente de la siembra,
    Al sensible retomar la depresión, esa que nos mira y nos vigila,
    Que está cerca y se va lejos y creemos en nuestra inocencia que no volverá nunca más, y así es hasta que vuelve. No tiene horario prefijado, ni de oficina ni de visita concertada, no vuelve a un dueño estructurado,
    Es una agente libre o doble agente, nadie que vendrá hasta que muerde,
    Hasta que muerde el alma atormentada, y todos se alejan despavoridos,
    Y quedo yo, como miles,
    A solas con ella, tratando de luchar contra su especie, su lujuria por mi alma toda sangre.

    Por eso los silencios se repiten, recogen un montón de piel dormida,
    Y agradan al no visto,
    Al perpetuo forjador de pesadillas,
    Buscando el diluvio del Edén,
    Dibujando un paraíso decidido,
    Para llegar en cada medianoche del milenio.

    Y así comienzan las maravillas de la noche,
    Una estrellada,
    Otra alocada de luces brillantes, sinfonía de agrados,
    Con un piano que toca y retoca, acompaña las grandes alianzas de los hombres así como el encuentro con el Hombre Divino del Hombre Normal,
    Para gozo de generaciones y eternas discusiones entre metralla, bayoneta y el cuerpo a cuerpo visceral, que pide extracción de órganos, la espalda rodeada de llagas atestiguan el fuego, el horror y la pregunta del por qué que no llega.

    Instantes, recorridos interesantes que recuerdan los viejos tiempos, esos que terminaban en algo redondo, algo infinito y desigual, calzándose como anillo al dedo o zapato perfecto para el pie imperfecto.

    Además, el escritorio de un poeta sobrepasa la imaginación de cada órden,
    No llegan a intimar los episodios,
    Ni a velar por el descanso de los cuerpos,
    Funerales que no alcanzan a tocar la piel en muerte de los inmóviles.

    Cuatro días nos dejaron esperando, cuatro horas dormitando, cuatro horas pensando en cuántas horas tendríamos que esperar, y cuatro horas por lo par del número, los impares están a destiempo de los demás, el ocho, el 12 o el 16 hacia adelante.

    Cuatro jinetes del Apocalipsis,
    Todos llenos de mercancía barata y confiscada,
    Repletos de la ciénaga blanca, negra, frustrada como esa novia sin consumirse, sin replegar la bandada de pájaros que se aleja sin rodeos,
    Ni miramientos desplegados,
    Bobina encendida,
    Especialmente cuando no sabemos cómo encenderlo,
    O apagar las furias contra los hombres,
    Paredes de piel marchita,
    Incienso difuso,
    Lento paso cansado de los siglos,
    Frase raras para una tarde anquilosada,
    Pero tranquila, uno agradece gestos así de comprensivos del Destino,
    Sobre todo cuando el trueno se ve cercano,
    Y se siente inminente,
    Aquí, ahora, ya, gratificación instantánea,
    Un largo camino de carnes rojas estrechando arterias,
    Prodigando placer perfectamente practicado,
    Pulido, como bruñido,
    Barcaza mediterránea simple, falta mucho para llegar a Torremolinos,
    Para sentir la arena, el olor a la tarde en el pueblo donde antes había “Chiringuitos”, esos que cocinaban Pinchos Morunos, cigalas, tortillas de patata, qué recuerdos intensos hasta el hueso.

    Esa es la respuesta a la cantidad de envío por correo,
    Distancia que pusimos entre la espada y la pared,
    Entre nosotros ocho,
    Se pensó que íbamos a librar una batalla tras otra,
    Melodía de rumba flamenca, qué delirio!
    Atardeciendo en una tasca que encontramos cerca de Sevilla y dentro de ella,
    Tomando sangría y clasificando emociones al ritmo de la guitarra llena de nostalgia, recuerdo ese pasado de adolescente, con la frente sin mancha, sin el periplo de la Marca De Caín o grilletes de nuestro pecados, siempre llenos de furia, fracaso y portazo,
    Sonajero de cinco niños,
    Cinco situaciones humanas vivas, intensas, llameantes,
    Electrizantes en deslizantes?

    Mañana mando una postal de mi vida aquí en Chile, La Patria Grande que no reconoce a sus propios cuando no quiere, y no lo quiere demasiadas veces, Madre Tierra Chile, qué te habremos hecho sino nacer en tus bosques milenarios, tus heladas entrañas de glaciar y una ciudad a los pies de un pequeño cerro Santa Lucía que delira de humo, cuerpos tensos y contritos, alcoholizados por el trabajo,
    El dinero.
    La prebenda innata de fines de mes.

    Describo un día de portazos, dimes y diretes colaboradores en el valor empeñado, ah!!!, esa palabra en un ataúd de metales preciosos, lleno de influencias asimiladas, inserciones en varios matutinos, minúsculos huevos estivales, emocionales, emblemas de mucho momento unificado.

    Qué manera de subir al Everest en la ciudad!

    Qué sino el circuito constante de creer y no creer, amar y dejar de hacerlo, de ser y de pronto,
    Dejar de hacerlo.


    Raúl Matas Sánchez
    Isaac Marcos


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    #1
  2. azul_profundo

    azul_profundo Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Me siento tan diminutamente pequeñita con este escrito, que soy incapáz de comentarlo. Sólo digo que me ha impactado enormemente conta mi pequeñez. Saludos megapoeta y espero que éste, no sea tu primer y último escrito en este 2007.... espero leerte.
     
    #2
  3. coral

    coral Una dama muy querida en esta casa.

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    Interminable es tu talento, pra escribir tan bello...esas imagenes que encantan y que dejan ver todo lo que tu escrito habla cada detalle y ese gran vocabulario que no se agota en tu bella inspiraciòn...es un plaer sacar tu poetica..pues la tienes escondida en el baùl de los recuerdos.Mis estrellas par tu magica pluma.
     
    #3
  4. Raul Matas Sanchez

    Raul Matas Sanchez Poeta adicto al portal

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    Ciertamente, una larga travesía de imágenes, y muchos agradecimientos por tu comentario, Coralilla.
     
    #4

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