Felices los compasivos

Entresueño o fantasía,
misticismo o teología;
era el fin de mi vida terrenal,
era la sentencia de mi juicio final.
Sin materiales pertenencias,
sólo con mis principios y creencias.
“Fuiste observante de mi enseñanza,
por eso mereces la bienaventuranza.”
Era de Dios el juicio conclusivo
por haber sido justo y compasivo
con la vida de los seres vivientes,
de la creación divina pruebas evidentes.
Imágenes y rostros conocidos,
a mi rededor felices y agradecidos:
es el pobre indigente por ti socorrido,
es el niño enfermo por ti atendido,
es el anciano solo que acompañaste,
es el perro abandonado que rescátate,
es la planta mustia que regaste,
es el amigo triste que alegraste,
esos animales que del maltrato defendiste
y del peligro de extinción protegiste.
Aquí están para felicitarte
y a la eterna felicidad acompañarte.
Me despertó el cafecito humeante,
de nuevos devaneos rebosante.