Felicidad reducida-.

Quién es completamente feliz,

quién retuerce sublimemente el gesto

hasta hacer muecas satisfechas, reduciendo

a nada, las expresiones naturales, inventadas,

de angustia y de desdén, quién?

Quién soporta el frío gélido aumentando

las corrientes de aire, abriendo ventanales

y produciendo una sonora carcajada de amor

y de fraternidad?

Quién, entre destierro y destierro, no asume el silencio,

y vuelca impunemente, inteligencia y corazón,

en una tarea de labor sobre jardines abandonados?

Y entre la mayoría ciega que ve las estrellas,

que coge los taxis, que va a las termas, o solicita

el precio de un piso, amablemente al conductor,

y se embriaga de vino, de ausencia o de rigor, quién,

quiénes, ahora, en estos momentos, tras declinar fríamente

y entre labios, la oferta del taxista,

que les cobra algo más, por razones comedidas,

no advierten al relojero de turno

de su implicación directa en el asunto

de la primavera y del tiempo?©