Fiesta de la muerte

Juan fue invitado a una fiesta prometedora.

Un llamado de su ex compañera y amor imposible Helga lo convenció.

La invitación era clara. El invitado debía asistir solo.

Llegó a la cita. La casa se veía como si estuviera abandonada.

Bajo de su auto un tanto afligido. Después de golpear varias veces.

La puerta se abrió sola hacia afuera.

Las galerías laberínticas y ese aroma azufrado lo inquietaban un poco.

De pronto ve una señorita parecida a Helga.

Juan intentó acercarse pero la muchacha desapareció ante sus ojos.

Pudo ver la sombra de un hacha en dirección a su cabeza.

El filoso hachazo rozó parte de sus cabellos.

Con un movimiento milimétrico supo esquivarlo a tiempo y correr.

No debió ir a aquella vieja casona al costado del río, pensó en silencio.

¡Nunca imaginó morir así tan trágicamente!!!

Aunque no había muerto aun, lo presentía…

¿Cómo escapar de aquella tertulia endemoniada a la que fue invitado?

Volvió de su viaje retro mental, de pronto aterrizó violentamente.

Frente a él un Monje satánico intentaba decapitarlo.

Luego de derribar al pervertido misántropo.

Su mente caprichosa lo transportó a unos minutos antes.

Inmortalizó el momento en que avanzó hacia una puerta que no debió abrir nunca.

Totalmente aturdido fue testigo de múltiples matanzas y actos de canibalismo.

Dedujo con razón que la fiesta se estaba poniendo algo extraña.

¿Cómo sacar de su cabeza tamaña representación de barbarismo?

Con imágenes dignas de un cortometraje clase B, absurdo y oscuro.

Tuvo una reacción escalofriante, eyectado por un impulso voraz.

Se vio corriendo por los pasadizos del caserón con la cara espantada de horror.

Allí fue advertido por otro de los beatos sádicos que custodiaban el aquelarre.

Logró abatir al atacante y presuroso emprendió la fuga.

Buscó con premura su auto al huir angustiosamente hacia la salida.

Ya en la calle… Se vio acorralado por cientos de deformados asesinos.

¡Persiguiéndolo!!! Con la sola intensión de matarlo.

Fue entonces que lanzó un grito desgarrador casi sin voz

¡Helga!!! ¡La puta que te parió…!!!