Fiesta epicúrea

En medio de la lluvia el Sol se asoma
mientras afuera bate la tormenta
y el viento vigoroso casi intenta
derrumbar esa torre tras la loma.

Festejando amistad, de charla en broma
nos regalamos sin llevar la cuenta
ni del favor ni la anterior afrenta
ya que no hace sangrar la daga roma.

Con halago sincero y burla amable
nos contamos las historias de los días,
abrazando el cariño perdurable
que da a luz a estas bellas alegrías.

Nada hay en el mundo comparable
al placer de tan gratas compañías.​

 

Agradable soneto, como esas compañías. Un gusto leerlo.

 

Gracias compañera Luciana por tus amables palabras. A veces recuerdo un poema de Nacho Aldeguer en el que decía "hay tan pocos poemas felices...". Aunque sea con un ligero soneto, me gustaría contribuir a la a esa, en verdad, no tan numerosa lista.

 

Bellos versos para un noble asunto, gracias por ello poeta.

Feliz día, Alberto.