Filósofos de bar

¡Te voy a deconstruir la cara!
me gritó en la ídem el filósofo borracho.
Está demostrado:
No hay peor cosa que un neo-nietzscheano en pedo.
Admira tanto a su maestro Derrida
que lo tiene presente hasta en la puteadas.
Me lo gritó precisamente a mí,
que sabe que soy un fanático de Habermas,
la némesis del charlatán francés.
Levanté las manos,
me puse en guardia
y me apresté a la arremetida;
mientras me auto-insultaba por enésima vez:
¡Aquí estoy otra vez,
metido en una pelea de bar
y siempre por culpa de "ella"!
Es que ya lo saben todos,
cuando me quieren provocar,
sólo deben sonreír y decir:
Raquel.
Entonces yo embisto como un toro,
el rabo en alto
y los cuernos al frente,
(los que me puso "ella").
Mientras nos trenzábamos a golpes,
el resto de los borrachines
coreaba nuestros nombres...
y también el de Raquel.

 

MIERDA

 

Bueno, no es para tanto. Hubo una Raquel que hizo trabajar siete años a Jacob para que la tuviera por esposa, y ni aún así pudo. Le entregaron a su hermana mayor. Trabajando duro otros siete años más para su suegro, recién allí la consiguió...Es un resumen apretado, en el medio muchas peleas, conflictos y kilombos que la Biblia no cuenta porque no es tan minuciosa como tu poema.
Obviamente...¡ me gustó tu escrito!

 

Usted lo ha dicho, jajaja.Abrazos

 

Gracias Ricardo por pasar y por el generoso comentario. Hugo