Final insustancial

¡Cierro mis ojos cada día!
En un sinnúmero de gotas teñidas,
de verdes y azules volátiles,
que acorazados en los vientres
oprimen mis deseos de un cielo muerto.

Cada silbido que emite el viento
y las figuras cóncavas;
del vuelo infernal de un picaflor,
van concluyendo en ladridos distantes,
que muchas veces se convirtieron en paz.

Con dos palabras juegan mis dedos,
sin engaños, ni ruegos;
marcando al compás del aleteo de una rosa,
que me acaricia con sus suaves espinas,
¡Para verme gotear con avaricia!

Golpeo los muros de esperanza,
derribando muchas veces miedos ajenos,
cobijando tratos sin hacerlos
y esquivando las balas filosas de un ciego
que siempre intenta aplastarme,
¡Con un martillo filosófico!

Los aros de indiferencia llenan mis bolsillos,
sin imaginar que son tristes momentos…
Los que brindan al comer con sus manos,
y apoyándome en sus hombros, tomar su fuerza,
para dormir bajo sus ronquidos insufribles.

Se van contagiando de escamas y pegamento,
haciendo de este lugar un extraño complejo,
que no derriba postes, ni levanta muertos;
pero engulle ciudades sin caer,
sin apreciar las bellas playas de delicadeza a su paso.

 

Un vacío de vida, sin sabores ni colores que alimenten o sustenten el por qué de la existencia. Hermoso poema, un sentir muy bien plasmado en estos versos que llegan y calan profundo. Placer leerte.
Estrellas y besos

 

Como un apocalipsis. Gran tema, me tramó.

 

Muestras essoledad que a veces nod embarga de una manera brillante encantado de leerte un abrazo

 

muchas gracias por tu comentario ,espero poder seguir escribiendo mis poemas y que los puedas leer.

 

gracias por el comentario .

 

te agradezco por la molestia de tomarte el tiempo para dejar un comentario ,adios