Final postergado

Hace muchas semanas
que no logro escucharte como antes;
la magia se redujo a cenizas,
los momentos alegres
quedaron encerrados
en fotografías,
que adornan álbumes mohosos
con olor a otros días.

No siento ganas
de nada contigo,
y aunque mucho te quiero,
sólo quiero ser tu amigo.

Las fantasías sexuales
fueron derrotadas,
por un aburrimiento
que se vistió
de canción repetida;
los abrazos se volvieron protocolo
de cotidiana despedida.

Olvidamos cómo en cada beso
nos entregábamos el alma
mojada con saliva;
en lugar de secretos comunes
ahora guardamos esperanzas ajenas;
el mar se aleja, con cada marea,
de nuestras arenas.

Sin percatarnos siquiera,
empezamos a conjugar los verbos
en primera persona,
compartiendo cobijas
pero no calor.

Nos resistimos a entender
que se nos acabó el amor.

- G. Arroyo, 22/Mayo/2011 -