Flechas sin razón

Flechas sin razón

Mi deseo es dejarte un recuerdo,
porque odio amarte para siempre
sin ser para siempre amado.
Si te vas, pecadora, estés donde estés
me gustaría suceder;
y en tus labios de rubí
una vida en tu mirada dejó ciegas mariposas,
primer amor soñado en las palabras,
que dejaron su silencio
acariciándote mis besos.

Se llevó el viento todo mi mundo,
y escondido te miro con alma de otoño
en ese beso entre arbustos, cielo irrepetible
en los pasillos de tu corazón,
que contiene las gotas de lluvia
espejismo y leyenda de amor apasionado,
salvaje emoción confesa de verde amargo
que lleno mi vida sin título de ilusión.

Llama al niño amor,
porque Cupido es ostentoso,
y está entretenido
mandando flechas sin razón.​

 

¡Qué preciosidad de poema, amigo!
Tu magnífica poesía conquista con tan bellas imágenes, algo así, ideadas como desde un romanticismo antiguo. El final encantador... Te felicito!

Un abrazo.​

 

Si. En ocasiones Cupido se la pasa disparando hacia un solo blanco... Y nos deja con un palmo de narices y el tabique fracturado.

Buenas líneas Orfelunio. Gracias por compartirlas.

Un abrazo.

 

Muchas gracias por la satisfacción, Violeta del amor hermoso...

 

Jajaja Hay que saber esquivar a tiempo... un abrazo, César.

 

Ahora entiendo, esa es la razón de la sinrazón, no envía las flechas por pares...
Un poema precioso como los que te leo aunque no siempre atine que comentar, un abrazo

 

Muchas gracias por el comentario, marea. Un abrazo