Flor de fuego

Trepando por el sol
encontré en sus candentes campos
una flor de fuego que no se puede tocar,
una flor que ningún caballero puede a su doncella regalar.

Quise cortarla con la hoz de media luna
y relámpagos de sus hojas brotaron.
Temí y me contestó una voz:
¿Para qué deseas ésta flor?

Le dije tembloroso: Para conquistar el sol
y probar que mi mano es poderosa.
Mas la respuesta fue el eco del fuego
que ciertamente tramaba un ardid.

Me armé de valor y orgullo
y aún así no la pude cortar.
Probé con el hacha de mi ego
y la flor sigue en su lugar.

Hasta entonces comprendí
que aunque sea una flor de fuego
si con cariño y fervor la riego
sus frutos podré comer y compartir.

A veces lo màs complicado de hacer
no es cortar una flor de fuego,
es simplemente entender
que con amor todo tiene arreglo.


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Interesantes líneas con una buena moraleja.

Gracias por compartirlas.

 

el poeta lo puede todo....aunque se sea sólo en letras

un abarzo fuerte