Flor marchita

Con la palidez de una rosa marchita,
el alma totalmente destruida,
y con un constante un dolor mitigante,
le llama vivir al levantarse.

Llora cada mañana su dolor,
lidia cada día con el temor,
nada tiene, todo lo perdió,
y aún así se levanta.

Parece muerta, su rostro sin color,
su corazón sin amor,
su caminar dormido
sus sueños perdidos.

Eres tu florecilla,
la que fuste llama y montaña,
eres ceniza y arcilla
lodo y porquería.

Tenías que terminar con tu belleza,
al fin que vivir no cuesta.
Muy tarde entendiste tu error,
todo se paga incluso el amor.

 

Amiga Atenea, hermoso y sensible poema que me habla de lo que fue y ya no es. Nada es eterno, amiga, y el amor es de las cosas menos perdurables. Gracias, amiga, estrellas y un abrazo. Genial poema, poetisa. Nos seguimos leyendo.

 

Sensiblemente melancólico...
los ojos aguosos tengo
y el corazón se siente triste.

Espero todo esté bien en tu vida, amiga mía.
Abrazos y mi cariño.