Florece

Es cautiva la flor en sus raíces que alimentan el día; de tanto en tanto las noches que son esperanza y pareceres diversos. Son así como las flores: cada una carmín, lila, roja de colores espléndidos e imposibles.
Si es posible en su humildad alegrar las pupilas con su mera existencia, acabemos con los tallos del dolor y atesorando el pasado, tan próximo como puede ser, cercando el avance a otros logros.
Es cautiva la vida en consejos de la piel que bulle de caricias tanto como el brote perenne del bosque, que magnífica y asume nuestras dudas terrenales.
Las pupilas se engrandecen en un prado, en el mar jubiloso, apasionado.
Sarcástico el destino y breve nuestro viaje acontecido.