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Flores

Tema en 'Poesía realista (sin premios)' comenzado por kalkbadan, 11 de Febrero de 2025. Respuestas: 8 | Visitas: 422

  1. kalkbadan

    kalkbadan Poeta que considera el portal su segunda casa

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    FLORES

    Era uno de esos días en los que tropiezas al alba
    y caes en el crepúsculo, Bea…
    Sabes bien del tropiezo del que te hablo.
    Pero aquel día todo cambió para mí.

    Tropecé al amanecer con ese olor suyo; un olor
    que me acompaña desde aquella etapa cámbrica
    en la que flotaba en el vientre lácteo de su luz.

    Con torpeza me levanté de la cama
    y deambulé hasta su cuarto siguiendo el rastro aceitoso
    de aquel manantial que siempre manó del arrullo de su piel.
    Y allí estaba ella, sin estar,
    sobre la llanura infinita de su cama.
    El infinito cabe en una sábana blanca.

    Su último mensaje fue: «¿dónde estás?».
    Y ahora… no sé qué responderle,
    porque no soy más que una peonza
    que voltea su tristeza
    en la inmensidad espejada de su salina.

    Estuve un rato apostado en el quicio de la puerta
    esperando a que se obrara súbitamente el milagro;
    como si fuera posible recomponer mi alma
    arrojando las flores marchitas de mi herida contra el suelo…

    Pero mi alma seguía rota
    frente al desencanto
    de aquella sábana fría.

    Avancé con mis pasos ancianos hasta el baño.
    Encendí la luz; una luz esclerótica y blanca.
    Nunca me había desconocido tanto, Bea…
    Y empecé a hurgarme la muela que me duele
    con el dedo índice bien encajado en la boca.
    Estoy seguro de que mi admirado Francis
    habría hecho un buen retrato
    con las sombras chinescas de mis muecas.

    Tengo más de mil años desde que se murió mi madre.
    Hay algo en mí que, definitivamente, ya no está en mí.
    Es como si mis pasos ya no dejasen huella.
    No soporto esta levedad. ¡No la soporto!
    Necesito volver a mi triciclo de faritos azules.
    Necesito arrancar de este mundo fratricida
    la arcilla de mi madre y restregármela
    por el cuerpo entero;
    necesito el cobijo de su olor, masticarlo,
    y hundir mi rostro en la pureza de su vientre vivo.
    Necesito abrazarla, dios mío…

    La muerte de una madre es una eternidad que no cesa,
    como lo es la muerte de una estrella,
    o el desmayo irreparable de una flor.

    De vuelta a mi cuarto
    me aposté de nuevo en el quicio de su puerta.
    Y fue entonces, Bea, cuando me sorprendió el milagro.

    Me agaché y fui gateando hasta el borde de su cama.
    Y empecé a buscarla bajo el finísimo edredón de niebla
    que cubría su sábana blanca.

    Y así fui palpando cada poro de su infinito
    mientras posaba mis mejillas en su almohada
    por si lograba rescatar alguna luminiscencia,
    o algún pedacito de carmín.

    Y de pronto me llegó un vértigo inconmensurable.
    Mi vacío implosionó succionado cada gramo de mi materia,
    y me agarré al listón de la cama para no caer,
    mientras aquel tornado mordía y aspirada la arena de mi cuerpo.
    Y caí, ¡vaya si caí!, una y otra vez, sin dejar de caer,
    hasta que quedaron visibles todos los estratos de mi dolor.

    El tornado cesó, y unas manos blancas se posaron
    en mi triste geología. Y sentí el pálpito de las prímulas
    a punto de nacer en el crepúsculo de mi herida.

    Y así estuve transitando el dolor,
    tal y como me pediste
    que lo hiciera.
    Y tenías razón, compañera: el dolor del alma
    no se puede arrancar
    porque te arrancarías a ti mismo.

    Yo no sé qué será de mí; lo que sí sé
    es que las manos de mi madre
    son infinitas.

    Y eso
    me basta:
    sus manos y mis flores.


    Kalkbadan
    Madrid, 10 de febrero de 2025
     
    #1
  2. goodlookingteenagevampire

    goodlookingteenagevampire .

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    La mía repartía abrazos y sonrisas, solo para empezar. Un abrazo, kalkbadan.
     
    #2
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  3. elena morado

    elena morado Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Hola, Andreas, buenos días.
    "El infinito cabe en una sábana blanca". Gran verso.
    Tengo buenos recuerdos con las sábanas bancas,
    las sábanas apiladas en orden matemático de la señora Dorinda, que digo en un poema;
    y malos, cuando ella estuvo allí tres semanas, todo el dolor también cabe en esas sábanas,
    todo nuestro dolor.
    A que todo es distinto cuando se van? Es increíble Nunca te recuperas del dolor de esa pérdida.
    A veces, cuando paso delante de su casa (procuro evitarlo e ir por otra calle) creo que me la encuentro a la vuelta de la esquina
    corriendo de la huerta volviendo de dar de comer al perro.
    Entiendo perfectamente este dolor. Sé de lo que hablas, compañero.
    Lo que pasa con uno para el resto de tus días, es que todos los días tienes la sensación de que te falta algo, y ese algo nada lo puede cubrir.
    Buen poema.

    Lo siento. Un abrazo, Andreas.
     
    #3
    Última modificación: 11 de Febrero de 2025
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  4. Luis Libra

    Luis Libra Atención: poeta en obras

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    Muy bello el poema y muy bella la idea de "acoger" el dolor por la pérdida de un ser muy querido como algo muy nuestro e incluso hermoso, ... quizás es la mejor forma de que duela menos, junto a la "medicina" del tiempo.

    Y tenías razón, compañera: el dolor del alma
    no se puede arrancar
    porque te arrancarías a ti mismo.

    Yo no sé qué será de mí; lo que sí sé
    es que las manos de mi madre
    son infinitas.

    Y eso
    me basta:
    sus manos y mis flores.


    Precioso. Un abrazo, querido Andreas.
     
    #4
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  5. Alde

    Alde Miembro del Jurado/Amante apasionado Miembro del Equipo Miembro del JURADO DE LA MUSA

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    Una profunda poesía que me ha hecho reflexionar.
    Muy elocuente.

    Saludos
     
    #5
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  6. danie

    danie solo un pensamiento...

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    no te voy a bajar el poema Kal... porque es hermoso, y aunque en "el realismo" no exista lo hermoso, en realiadda en la vida no existe es dependiendo los ojos, para mí lo es. Hermoso y nostalgico. y así hay q ue honrar a las madres que nos trajeron al mundo. yo particularmente detesto las flores, me traen nostalgia, me traen un vacío... pero tu poesía es más que flores, es humanidad y amor. y no iba comentar si no era porque lo baje, porque hay días en que uno no esta para comentar nada. pero acá estoy... te leo y lo disfruto.


    me gustó tu poema, kal... abrazos.
     
    #6
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  7. Luciana Rubio

    Luciana Rubio Poeta veterano en el portal

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    Las imágenes y sus recursos son extraordinarios, "una eternidad que no cesa" implica la angustia de querer que cese porque es insoportable. Siempre me sorprende y me alucina. Un placer leerlo.
     
    #7
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  8. libelula

    libelula Moderadora del foro Nuestro espacio. Miembro del Equipo Moderadores

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    Querido Andreas: He pensado mucho en tí en este tiempo, queriendo saber cómo te encontrabas, pero no me atrevía a preguntar ¿cómo estás? es tan abasurda en estos casos esta pregunta. Pero, como si de esa comunicación que exite más allá de la distancia se tratara, creo que ya estabas escribiendo este estremecedor poema.
    No hay consuelo para ese dolor, amigo mio, solo hay que transitarlo, como te ha dicho tu compañera, sentir como esa herida abierta, se transforma en luz, y abrazas esas sensaciones que te impregnan de "ella".
    Qué belleza de poema, que nos toca por dentro, por lo auténtico de tu dolor irreparable. La belleza triste de tus letras me empapa.

    "Y así estuve transitando el dolor,
    tal y como me pediste
    que lo hiciera.
    Y tenías razón, compañera: el dolor del alma
    no se puede arrancar
    porque te arrancarías a ti mismo.

    Yo no sé qué será de mí; lo que sí sé
    es que las manos de mi madre
    son infinitas.

    Y eso
    me basta:
    sus manos y mis flores."



    Un enorme abrazo querido Andreas.
    Isabel
     
    #8
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  9. kalkbadan

    kalkbadan Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Querido Sergio... Parece mentira que esos abrazos y esas sonrisas queden en la abstracción absoluta de un limbo del que ya nadie es notario.
    La vida siempre empieza, pero qué incomprensible que empiece sin ella.
    Un abrazo, amigo.
     
    #9

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