Forjarme

Una a una arden las hojas del pasado.
Una a una las tardes de verano van pasando
Silenciosas.
Uno a uno, los recuerdos del pasado arden
y de cada uno surge un suspiro
alargado,
en la inmensidad y la eternidad.

Una a una quemo las palabras del pasado
Dejando al humo llevarse con el viento
Los largos silencios.

Uno a uno los muros se cruzan
Una a una las barreras en mis manos

La sangre corre por la lluvia.
“Haré oro de mis errores”
Dijo el sabio caminante de valles oscuros.

Y CUANDO NO QUEDE HOJA ALGUNA MÁS POR QUEMAR
CUANDO NO QUEDEN PALABRAS POR OLVIDAR
CUANDO NO QUEDEN MUROS POR CRUZAR
CUANDO NO QUEDEN MARES POR NAUFRAGAR
CUANDO NO QUEDEN LLUVIAS BAJO LAS QUE LLORAR
CUANDO NO QUEDEN HURACANES EN LOS QUE GRITAR
CUANDO NO QUEDE VALLE EN EL QUE CAER
NI CENIZA DE LA QUE RENACER
ENTONCES Y SOLO ENTONCES ME FORJARÉ
VEZ TRAS OTRA
Y SALDRÉ UNA VEZ MÁS
DE ENTRE LOS SILENCIOS Y LAS LUCES NOCTURNAS.
Y EN SILENCIO ME VERAS ALZARME ENTRE LOS INOCENTES Y LOS INDEFFENSOS
Y ENTONCES ME VERÁS, LEJOS,
CERCA DE TODO CUANTO QUEME
Y LEJOS POR FIN
DE LOS VIENTOS DE CAMBIO.

 

Gran dolor inspiras en tu poema.
Un placer, saludos.