Fracasos y aprendizaje.

Ni puñetero caso.
Pero resolví la ecuación.
Dios está en todas partes, incluso en la brizna de hierba.
El aprendizaje es paulatino y constante. Nunca dejamos de asistir a clase, en esta escuela universal.


¿ Perdón ? ¿ Me disculpa ? ¿ Soy yo, o eres tú ? ¿ Yucatán ? ¿ Acapulco, Cuernavaca ?


Hay cosas que no tienen ningún sentido.
Por ejemplo: Todo lo que he sufrido.
Tan lejos me ha llevado...
Que hoy, resulto menos repugnante, y más atractivo.


¡ Ahá ! Entonces, lo agradezco. Mis fracasos me han hecho sabio y prudente. Y ya, no entorpezco


las acciones de mis compañeros.
Soy una eminencia...
Un capitán de barco.
Un intrépido marino.


Eso opino. Matutino y vespertino. Es mi sino... Mi destino.

 

Bello poema poeta !

Saludos cordiales !

 

Saludos cordiales, amigo. En este poema, he reconocido abiertamente, que me gusta fracasar, para luego, aprender lo valioso que era algún detalle, que yo había despreciado en mi estrategia previa.