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Frag. de «La muerte del General¡simo»

Tema en 'Poemas sociopolíticos y humanitarios' comenzado por carlos lopez dzur, 2 de Mayo de 2008. Respuestas: 0 | Visitas: 873

  1. carlos lopez dzur

    carlos lopez dzur Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    25 de Febrero de 2008
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    51
    Será esta noche. Ha comenzado matando a sus maridos;
    pero él quiere a Dedée, la temerosa, la pequeña.
    Ella sí le ha gustado. La ofenderá en su vientre.

    El se escondió entre esas cajas de libros
    de poesía, con informes de sexo, porno y felatorismo,
    cómo ser el vigoroso, eterno salta-cama, pregunta.
    Cómo cingarse mulatas como él y blancas del jetset
    latinoamericano, o gringas putangonas
    que lo quieran insaciable y él se monta a sus haitianas
    por el ano, mientras medita cómo hacer que sus opositores
    le chupen el capullo, de rodillas ante él.

    Que hagan lo mismo.
    Así desea que se haga con Dedée, Patria, Minerva,
    María Teresa, todas, todas... y que lo llamen…
    Generalísmo, perseguidor de Mariposas.

    Algunos no obedecen; no se acercan a la mira
    de sus pistoleros, asesinos en uniformes,
    diseñados por él mismo; costurero de homicidios.
    Saben quién es. El alcance de su conturbernio
    con el imperialismo; el yankee que lo instaura.

    El lo utiliza, lo condona, lo impone.
    El, suplidor de café para los gringos,
    tabaco y caña, tiene a sus amos contentos.

    Habla con sendos acentos
    sus pestes contra el comunismo;
    apoya la Doctrina de la Guerra Fría, las torturas
    de la Mano de Hierro contra quien mencione
    al Nuevo Hombre, con su sociología
    ajena al robo, la acumulación, el ultraje
    de los solidarismos y la valentía
    que sostiene lo que vale del miserable mundo.

    Mira allá... manotea ante una escena
    de su engañoso karma; él ordenó el secuestro
    de Jesús Galíndez, profesor de Columbia University.
    «¿Cuántas veces tendré que matarte?», le pregunta.
    «¡Sigues vivo! ¡Por tu culpa tengo problemas
    con el Congreso del Norte! ¿Quieres dinero?
    ¡Tómalo de estas cajas, son mías, traje mucho,
    todo el dinero del mundo, hoy es mío!»

    Rodeado está de gorgojos y no lo sabe.
    Todo lo que aparenta que es real es su mentira.
    Está solo, ya no hay matones a su lado.
    Jesús Galíndez, como yo, no se asomaría
    a este pasaje del ser. Bitácora mortuoria.
    No él, no yo, por propio gusto.

    3.

    La ayuda militar dada por los Estados Unidos ha creado
    o impulsado la ventaja relativa de los militares sobre los civiles:
    Octavio Ianni

    a Julieta Alvarez, novelista dominicana


    ¿Es ésto un areito? ¿Se han pintado con totito
    de achiote esta noche las almas de mis Antillas?
    ¿O ésta es otra visión de la bruma?

    Lo desconozco.

    ¡Oigo tambores! me está doliendo lo tierno del oído.
    Mas ya no hay ese olor escabroso de horas antes.
    ¿Qué veo, en realidad?
    ¿Que me díste a escuchar?
    ¿Dónde me llevas, Viajera?

    ¡Gritan ese nombre! Trujillo el asesino.
    Oigo los ayes, millares y que reclaman cadáveres
    Tiesos en cañaverales, cadáveres de negros abaleados.
    El luto se alimenta de tambores. De vudú santo.

    Más ensordecedores hoy que los disparos
    de metrallas por los cafateles, más atronadores
    que las matanzas que lo enorgullecen.

    Es el darwinismo social, la mentira de la Patria Nueva,
    sin esos negros que por gusto de matarlos
    como a ratas los nombra como inmundos invasores.

    ¿Por qué mienten y dicen que es agricultor
    y ganadero y que en la Villa de San Cristóbal
    obtuvo el honor y la lealtad incondicional de los suyos?

    Lo llaman Doctor, no matarife, Benefactor,
    no asalta pueblos, apropiador de los ajenos
    hatos y cuatrero, Padre de una Patria Nueva.

    Del libro «Yo soy la muerte»

    ______________

    Rafael Leonidas Trujillo, dictador dominicano, de quien ha sido escrito:
    «By 1957, Trujillo had six spy operations in place, which supplied him with and endless stream of information on "unreliables" and ordinary citizens. Dominicans soon learned that a neighbor or even a trusted friend might be a spy... He controlled the press and the schools with an iron fist, and, thus, the minds of the Dominican peoples. He quelled dissent through torture and genocidal massacres of the opposition, through the close monitoring of each and every citizen: Himilce Novas».

    El dictador, por 30 años, conocido como El Jefe y el Chapitas, Trujillo es famoso por patrocinar matanzas de obreros haitianos de la caña quienes, por necesidad económica, migraban a la República Dominicana. En el fondo, sufría de etnofobias y era un mulato renegao, pese a su buena pinta. Su ídolo era Porfirio Rubirosa, el gigolo.

    Enemigo de los obreros haitianos, ordenó a sus tropas que los expulsara, en 1937, episodio que es conocido como «Parsley Massacre of Haitian caneworkers». En la frontera miles de haitianos fueron asesinados mientras trataban de escapar. Se ha calculado que fueron entre 8,000 y 15,000. Se especuló el deseo deI Trujillo de propiciar una guerra para quedarse con el completo control de la isla Hispaniola. Al final de las masacres, presionado por la comunidad internacional, se obtuvo un arreglo financiero ($525,000 en compensaciones pagaderas a Haiti) y una disculpa.
     
    #1

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