Fragmento para el olvido

"Tenía tan mala memoria que se olvidó que tenía mala memoria, y se acordó de todo". Ramón Gómez de la Serna.

Fragmento para el olvido.

Olvidar: Pérdida o cese de un recuerdo, o hecho de no estar presente algo o alguien en la memoria.

Llueve como si no hubiera mañana. Como si un gran olvido se hubiese marchado para siempre, como si siempre fuese olvidar la tremenda acción a llevar a cabo. Los colores viajan a la velocidad de la luz, tal vez, durante mucho tiempo has estado buscando el amor, el sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno. Aquello que no puede ser real se repite siempre. La quieres, lo quieres, salto de página. Una se vuelve esa parte inenarrable del amor, como nombrar lo innombrable, decir lo que no se debe decir, pensar lo que no se puede pensar, ser lo que no está permitido ser.
Todo ello confronta inexcusablemente una parte y otra, ambas existentes, pero no ambas válidas. Se debe nombrar lo innombrable, pensar lo impensable, decir lo indecible, ser lo que no está permitido ser y se debe olvidar. Palabra y hecho, esto que para la mayoría resulta complejo, para mí es del todo sencillo, porque no entiendo la una sin la otra, salvo al escribir. Al escribir se disparan las muy confortables zonas de comodidad, y una empieza a incomodarse y se va, se diluye, y sólo quedan las frases que no han huido, lo que no ha podido escapar por la puerta de atrás, en silencio, como el olvido.
Algún día en algún momento recibiré que te haya olvidado con resignación. Estar en la formidable misión de no recordarte más, ni siquiera tener la más mínima noción de que hayas existido, olvidar incluso que olvidé.
Fragmento para el olvido, es por supuesto una historia, una lucha, una meta a alcanzar,el firme propósito de no volver a recordar, ciertas partes que no están. La historia, dicen, la escriben los vencedores, quizás los fragmentos sean de los vencidos, de los olvidados, y de los que olvidan.
Me llamo Olvido, y soy fragmento vencido, es decir, nada. Cada vez soy más consciente de esta isla comunitaria que nos indica constantemente a que nada, a qué ausencia vencer para escribir la historia, la que uno quiera, de la forma y modo que se desee, deseando que ese deseo sea olvidar.
Nací, crecí y moriré en el olvido, y no me importa, porque habré olvidado incluso que nací, crecí y morí olvidada.