Frenesí Mortuorio

En el aterciopelado firmamento de crepúsculo plomizo,flota la fragancia malévola de incansables espectros que no son sino las almas desventuradas de los muertos vivientes que,con sus furiosos ojos vidriosos,patalean en los podridos catafalcos que carcome la tierra húmeda y plagada de voraces lombrices que se alimentan de jirones de carne de esos infelices secuaces irreprimibles de la irreverente y todopoderosa Muerte.Pero cuando cae la noche con todo su lujo de cigarras luminosas y cantoras,los irreverentes amasijos de podredumbre eternal revientan de un alarido sepulcral las cajas mortuorias y,escarbando con sus uñas poderosas de un grosor comparable al filo de una gitana navaja,otean el exterior de un vetusto cementerio fantasmal cuya única compañía que irradia el haz sobrenatural de la aberrante luna llena son las pétreas figuras blasfemas del Cristo misericordioso,el cual,llamea de furibunda ira por la espeluznante escena nigromante con la que el dios de los muertos se congratula desde su cubil milenario que yace bajo las creencias paganas del supersticioso populacho.