Frió inhóspito

Aunque el frío congele mi cuerpo,
aunque te sienta venir,
aunque de repente me des avisos
no pretendo morir.


Esa brisa fría, acompañada de la grisma y el charrasquillo de una nube revoltosa que se afronta en mi ventana no me hace temer,
aun no cae la última hoja del cerezo,
aun el detiene mi partida.


Gota a gota se siente venir,
pasos como de caballos que corren por un pedragaL bañado por el río, o como cuando extremasen las hojas secas dejas por el otoño.

Aun espero,
sientos rieles en proceso de marcha rezumbando en mis oídos, y en su vagón ella provocando este inhóspito frío;
de verdad siento que congela mi alma mis huesos y los coloca a dormir lentamente, mientras preparo equipaje para partir de su mano.

 

Sí, ella trae en su aura esa ventísca ártica. Pero, si tuviera que elegir, usaría su propio elemento. Aunque también se podria recurrir a quién cuida aquella cereza, el fruto es lo único con color en el relato, parece como un símbolo de esperanza y el rojo puede ser también calidez. En fin, podes buscar calidez y esperanza en él, o congelarte y hacerte inmune. Y a ella, cuando le veas la cara (escuché que viene encapuchada) no le tengas miedo...

PD: Ufa! La carnavala me ganó de mano.