Frutas

Frutas

Largas y tendidas al viento
las hojas del plátano se
mueven semejando el vaivén
de las olas del mar.

Y de él cuelga la robusta
cabeza que toca la tierra
como dando pleitesía por
tan inigualable fruta.

Rumor que recorre a voces
sobre el dulce néctar del mango
de rosa. El níspero se alboroza,
de él dicen de su sabrosura.

Ni se habla de lo pegajoso de
su leche, ¡bueno! del caimito no
se diga y si es del morado mejor.
De la piña jugosa y carnosa. Rica.

Cuánto esplendor de sabrosas
frutas, melón, sandía, mamón
y el sabrosón icaco, el coco
ni lo retoco.

La espléndida guaba, con su
piel enfelpada, dulce y suavecita.
No se puede evitar al naranjo con
aroma de azahares.

¡Oh! El mamón chino, los nancites.
La acidez de los mimbros y las
grocellas que te pone chirre la
boca, eso provoca.

¡Ay! Los jocotes, agridulces,
tronadores y guaturcos, y los
que se cuecen y se venden en
cartuchos de hoja de plátano
ya no es nada barato.

Otras se pondrán celosas, pero
hasta aquí dejamos la cosa.

Dr. Augusto César Morales Velázquez.

 

Me gustaría saber ¿Qué opina de las peras? Son mi fruta favorita.

Abrazo de colores en este poema que provoca hambre.

 

En Nicaragua no se cosecha las peras. Para mí es un fruto muy suculento y delicioso.