Fue un tierno atardecer. Soneto.

Fue un tierno atardecer de luz preciosa,
fue un pacto sideral de tierra y cielo...
La brisa convocada a ras del suelo
brindaba su caricia más hermosa.

Fue la fecundidad más portentosa
pariendo calidez, calor y anhelo...
Fue un tierno atardecer dando consuelo,
consuelo verde, añil, naranja y rosa.

Eterna la montaña es fiel testigo
de la constatación de este momento,
momento de solaz y buen abrigo.

Eterno, se hace eterno el sentimiento
ahijado del pincel de un dios amigo
que llega con el sol del firmamento.

 

Hermoso soneto, Maktú. Desconfío un poco de las terminaciones agudas en sexta, por la tendencia del endecasílabo a partirse en 7/5, pero no he sentido esto al leerlo en voz alta. El único verso que me costó un poco fue el segundo del primer terceto, pero creo que esto se debe a esa palabra «constatación», de sonoridad un poco trabada...

abrazo
j.

 

Muchas gracias, Arquitón, por tu atención. Otro abrazo para ti, amigo.