Fuego del hogar.

¿ Quieres saber cómo soy ?
¿ Por qué muevo todos los hilos ?
Civilización y barbarie, ¿ Verdad ?
Furia y alegría.


Me dedico a la obra. ¡ Mamma mía !


Culmino el año, como hacen las Navidades.
Venciendo a la Vanidad de vanidades, que proclamara el rey Salomón, ya, harto,
de tanta Sabiduría.
Soy transcendente. Bastante potente.


Primavera, verano, otoño, invierno.


Para que el cariño de la familia angelical, sea tierno.
Y que la energía del hogar se convierta en mujer varonil, como la reina de Saba.
Procuro un Cosmos estable. Hago Alquimia.
Transformo el plomo, en oro. Y en comodidad, el fastidio. Al viejo, en joven.





El tedio, el hastío, el plomo y el sopor, en entretenimiento e insistencia.


Basta con mi sola presencia, para disolver una reunión.
Pero no siempre me prestan atención.
Sólo soy turrón. Mantecao. Alfajor. Y villancico.
Solamente, un primo-hermano lejano. Un abuelo patriarca. Una nieta; una sobrina...


Tu prosperidad y solemnidad, yo multiplico.