Fuimos amantes.

Coincidir contigo en aquel ascensor
me dejó paralizado.
Apenas se cerraron las puertas, me sentí desbordado.
Tu olor, las miradas que se pierden y se encuentran.
Todos esos recuerdos agolpados...
Sonrisas semi congeladas. Silencio.

Saber que sentías lo mismo que yo, me relajó un poco.
Suspiré de pensamiento con rabiosa y amargada resignación
y me dije :
"¡Tanta pasión malgastada tiene que ser pecado!".

Salimos a la vez y nos despedimos
con un "adiós" de añoranza del pecado.
El mismo "adiós" que todavía mucho tiempo después
sigue rebotando por mi cabeza.

Dime que en la tuya también Cariño,
al menos cuando ronca tu marido.

 

A veces así sucede, pero yo muchas veces me he preguntado, ¿No sera más bien un ilusión un deseo esa sensación que la otra persona sintió lo mismo, aunque la sensación es tan real, que algunas veces pocas he confirmado que es verdadera, cuando he podido entablar relación con la mujer que me he sentido así. Un saludo cordial.

 

Me ha gustado tu cuento poético, buen desarrollo de la narración y un final que hice reír. Tal vez cuidado con los ascensores que puedan generar ideas de pecado . Felicidades poeta. Saludos poéticos Amarilys

 

Hola Rigel,

La verdad nunca he vivido una situación como la que he descrito. Si que es cierto que la he imaginado en más de una ocasión.
Pero al hilo de tu comentario, pienso que esas cosas se notan, se sienten, y si así lo has percibido, posiblemente haya sido real.

Un saludo.

 

Gracias Amarilys,

Ahora releyéndolo cambiaría alguna palabra. Las cosas que se escriben, pienso que siempre son susceptibles de hacerlo. "Están vivas".
No sé porque, pero al final siempre me sale la vena sarcástica. Supongo que por darle un poco de contraste, realismo, no lo sé...

Un saludo.

 

Hola Tracer, había entendido la pizca de sarcasmo, y lo de "los ascensores" solo era una broma. Te lo digo de nuevo me gustó tu poema. Amarilys