Futuro en negro y posible blanco

Auguro negro futuro,
a pesar del jolgorio vacacional,
tras un periodo duro,
algo muy poco anormal
en un joven perezoso e inseguro.

Un año prometedor,
como lluvia en julio llegaron sueños,
nada más embriagador,
al fin era risueño,
¿podía ser su afianza un gran error?

Zahorí por repetición,
creo que no me equivoco en conocerme,
a pesar de la aflicción,
jamás podré entenderme,
es mi vagueza quien me hiere a traición.

Ni tan siquiera ahora,
ni trepando la ladera harmoniosa,
no hay visible mejora,
soy espina sin rosa
que con tanta mediocridad no llora.

¿Quién tiene mi remedio?
Me cansé falsamente en mí buscando,
¿no hay amor de por medio?
Sigo aún esperando
poner fin a la desgracia su asedio.

Si es tan fácil su cura,
¿para qué seguir siendo fustigado?
Nadie me lo asegura,
lo tenía averiguado,
mostrar el rostro de mi alma insegura.

Quiero mi sangre verter,
negar el vacío espacio de mi interior,
mis entrañas quieren ver,
de mi ser son lo mejor,
pero mi aliento no quiere proceder.

En toda su suavidad,
la de sus caricias en sus palabras,
de sus manos la verdad,
¿serás tú quién me abras,
típica intromisión en mi soledad?

De mí tanto puedo dar,
son infinitas mis malas y buenas,
cualidades que mostrar,
inefables apenas,
pues malévolas parecen dominar.

Sólo falta una llave,
la que abra la puerta apaciguadora,
vuelo libre de un ave,
vida esperanzadora,
de la resurrección de un muerto es clave.

Me ahoga el compromiso,
pero es estrictamente necesario,
si no vivir submiso
a algo tan ordinario
que sólo causa negativo inciso.

Para serme sincero,
está escrito que vive la solución,
vivo yo mismo entero,
la pereza abdicación,
haz que me sienta quien me quiere y quiero.​