Gracias por todo

Solo quería agradecerte,
agradecerte por todas tus indiferencias y desaciertos,
y es que aprendí mucho de ellos,
aún sigo aprendiendo.

Todo tiene explicación de ser,
la razón dice lo mismo de ti,
el corazón le cuestiona,
pero la vida lo justifica.

Lo creo fielmente,
por ende lo aplicare a diario
y recordare al maestro que me ha enseñado con el vivo ejemplo.

No evocaré tu nombre otra vez,
salvo cuando sea necesario,
pero no olvidare jamás el rostro,
del fulano aquel que me ha enseñó a ver la realidad.

Todo cuanto me has dado, desecharé;
acumular basura no es de gente bien,
talvez reciclaré mas de algún recuerdo,
si es que los gusanos del olvido no lo devoran de una buena vez.

Desearía que todo aquello que nos unió, se quemara;
y al final quedaran cenizas,
cenizas que echaría al viento
y así desapareciera tu recuerdo con ellas.

Por ahora tomare mis maletas y me iré,
si suena el teléfono no contestes,
talvez sea yo hablando desde un bar,
con mi alma llena de alcohol sacando poco a poco mi verdad.

 

Un bajío delicado de sinceras
respuestas que envuelven
con arte y artesanía el dolor
del desnudo con admirable
genialidad. Un saludo. Felicidades, me gustó encontrarte.