Gradiente

La potencia sanguínea corre por debajo de las imágenes inmoderadas de la soledad, asimismo el consuelo de saber que todo gira incluso las palabras. Es que a pesar del doblegar de los sentires, se descorrerán insomnes unas pocas rimbombancias desde los amaneceres tardíos. Allí donde todo vuelve a embellecer se diluirá la montaña de mentiras que la gente lleva consigo, encarcelada en sus formas de observarlo todo. Inmediatos momentos extremos comprimidos por las sordinas del tiempo, debelaran la operación de sus fantasías y quizás se descarguen durante la noche, unas pocas figuras intrincicas que procesará la nada al conexionar de lleno con la geometrización de los espacios. De modo que sin más que observar se enfrentarán en el instante mismo en que la dirección describa en qué proporción se producirá el mayor cambio. A simple vista se verá como un análisis metafísico derivado de un sentido gradiente. Que simplemente reflejará un destello de subrealidades.