Graffitis xxii

Cuando acabaron de amarse
entre gemidos y carnes
cayeron entre jadeos
estrangulando sus dedos.

Al relajarse las manos,
volviendo la sangre al flujo,
los ojos también volvieron
a ser utensilio en uso.

Ya arqueólogos hambrientos
vieron que desde el techo,
de este pasillo de tumba,
les hablaba algún secreto.

Quitándose entre codazos
con la intensidad del orgasmo,
que dieron por olvidado,
mano a mano descifraron:

“No tengo derecho a hacerlo,
pero dándome por muerto,
que importa ya lo que haga
o lo que diga y escriba.

Fui esclavo toda la vida
de faraones en dioses,
espero vuestra venganza
como el sol que me arrebatan”.

 

Buenos versos, fue un placer, me gustaron.
Abrazos
Chepeleon

 

Gracias, compañero, por tu apreciación y compañia.

Un fuerte abrazo

 

Ah veo que te vas a los mistico, se me hace muy interesante las palabras que encontraron la pareja. La mano que nos escribe tambien lo veo interesante, se deja para muchas interpretaciones...

En la distancia el mismo beso en la pared

 

Me hubiera gustado ser arqueólogo. Y si además hay asuntillo en plena tumba egipcia..........

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