Gran Café

El encuentro de dos seres se había planeado; sólo quedaba esperar con un rancio café que pedía a gritos que lo dejaran en paz, la paciencia se desbordaba y rompía en el suelo cual gota que cae del cielo, la nube blanca de un cigarro ajeno le permitía dibujar aquel rostro tan esperado, de pronto, se ve una sonrisa un perfume unos suaves pero agudos pasos una tenue sombra acompañada por su beneficiaria, - no, no es ella, lastima. Estaré bien peinado?, se recordara del lugar? ... – el fuerte respirar del mesonero lo trae de vuelta al lugar, - otro café señor? -; - no gracias aun tengo. Me da la hora -; - lo siento señor, no tengo reloj - .
El caminar de las almas sin cuerpos le reiteran la espera, el cantar desigual de un joven desafortunado le pone una melodía sin fin a su celoso resguardo, la débil silla empieza a reclamar la ida de su visitante inquieto, las servilletas ahogadas en sudor deciden fundirse con el destellante mantel, el suelo húmedo exclama el dolor de sus pasos, el dormido café se cobija bajo su fría crema, el oleaje de las mesas va en aumento, los duros platos chillan al compás de los cubiertos, - disculpe señor pero sino consume no puede estar aquí, desea algo? -; - espero una amiga, tiene hora? -; - no. desea algo?. señor, señor, señor se encuentra bien..... – el rojo inclemente de una franela aumenta el calor, las miradas perdidas de otros asen eco, el malestar del perfume, el vaivén de los visitantes, el contonear de cuerpos ajenos, el carcajear desaforado, el juguetear de las manos, el desafortunado destino de aquel animal, - ¿¿¡¡¡¡ ALGUIEN TIENE HORA !!!!?? - .........................