Gran final

Las cuerdas se han trozado,
Y el corazón ardiente ha dejado de latir,
Al saber que nunca mas estarás aquí...
Concierto patético que doy esta noche...
Iluminando una falsa sonrisa...
Una vana esperanza de vivir...

Cristales rotos de una historia,
De un momento que nunca más será otra vez,
Sombras que cobijan en el escenario,

Que no es más que un pálido reflejo de mi sentir,
Deseo creer pero no se me dará ese privilegio,
Dejando esta existencia que tanto placer me dio...

Sin escuchar más palabras me derrumbo,
¿Quien dijo que de amor nadie muere?
Para poder enterrarle el arco en el corazón,

Claro, es que por ello estoy muriendo,
Con lágrimas ensangrentadas por la enfermedad,
Esa que nunca me dejó...

Fiel hasta el final la tos que al fin me lleva,
Dejando una obra inconclusa y otra que proferiría no terminar,
Llevándose de mi regazo lo que alguna vez llamé tesoro,

Sin pensar jamás que a todos el momento nos llega...
Que tristeza más amarga he de padecer en este instante,
Sin contemplaciones ni miramientos solo tu ausencia,
De la que mi arte suplicaba...

Será condenada mi tristeza y recordada,
Serán mil y un temas de conversación,
Aquí postrado en mi agonía como buen actor,

Que cumplí mi papel hasta el final,
Porque las rosas se marchitaron...
Encerrando por siempre la felicidad que en otrora tuve...

Y el silencio cubre ya lo que fueron notas,
Notas teñidas de melancolía...
¿No es acaso en estos momentos que somos grandes?
El arte nace del dolor... pero también del amor....

Mis obras maestras escritas para ti,
Mi ser completo que te ama mas que a si mismo,
Ahora alojado entre los brazos de otros,
Que no alcanzan a comprender mi derrumbe,
Al leer el secreto entre tus ojos...

La sangre ahora se agolpa en mi garganta,
Sé que mi hora ha llegado... y mis melodías se han terminado,
Patético seria ahora bautizarlas... tarde es,
Que se corone en laureles la tragedia que enmarcó mi vida,

Teniendo como firma la locura de la inconciencia...
Teniendo como hazaña el derrocar reinos y jardines,
Para mitigar mi soledad... esa que a todos nos condena...

Viví desde siempre sabiendo este desenlace,
¿Acaso la fe y esperanza no es lo único que no muere?
Mientras el cuerpo prisión se quedará sepultado y olvidado,
No así la música que nació de mi alma...
¡Esta vivirá en los mañanas!

Regocijará al necio,
Y entristecerá al sensible,
Enamorara a los nobles,
Y engrandecerá a los reyes...
Algo que nunca creí posible...

Pero por el momento olvidaré mi destino,
Y me entregaré al llanto que es mas humano,
Que sean mil flores las que se tiren en mi honor,
Más no sea la razón mi muerte,
Si no mi completa vida...

¡Acércame el violín que fue mi compañero!
Que las cuerdas perdieron su encanto,
Ironía absoluta al pensar en cambiar las cuerdas,
Ojala así de sencillo fuera cambiar de vida,
Cambiar de sentimientos y evitar el dolor....

Sean todos testigos de mi osadía,
Al mirar al cielo y escupir mis palabras,
Impasible y sereno... pues el destino es el destino...
Cambié mil veces su curso pero nunca el final...

Como sonata termino mis respiros,
Al final de un complicado compás venido de recuerdos,
Aquellas palabras que nunca dije,
Aquellos besos que quedaron en el viento y no en la piel,
Aquellos gestos que me hicieron lo que soy...
Y lo que nunca más seré....

Cuanta tristeza soporta mi pobre corazón,
Cuanta humillación al saber que he perdido,
Que me iré de este lugar sin haber comprendido nada,
Solamente formando parte de la obra,
La cuál hoy termino de interpretar...


Lord Vélfragor

 

Aplaudo la obra, ésta que aún no termina, ésta que es delicia, le aplaudo con mis manos en los renglones, con mis ojos en la tristeza que sopesan o sopesaban... los suyos.
Le aplaudo de pié,
y le ofrezco las notas que entonaré desde mi violín,
también mis oídos.
Gracias, es sentido hasta el tuétano, es bellísimo.


PD: en la sexta estrofa creo pretendió decir, si no estoy terriblemente equivocada: preferiría.