Guerra interna

Tanto ruido,
y a la vez no se oye nada,
sólo los latidos,
interrumpen la velada.

Tantas palabras,
sin pronunciarse,
una mirada,
y parece que todo se acaba.

En cualquier momento,
se oye el estruendo,
yo oigo los gritos,
de mi corazón latiendo.

Mente y corazón,
entran en batalla,
parece que gana la razón,
pero la esperanza la calla.

Tanto ruido,
y tantas palabras,
en un silencio interminable,
mientras cruzamos la mirada.

Se hace el silencio,
por fin termina la guerra,
adiós nos decimos,
y me hundo en la tierra.

Pues acabo sumergido,
en el silencio,
de las palabras que no pronuncié,
del sentimiento que no liberé.

Entre tantos sonidos,
y tú no escuchaste nada,
y aún siendo yo el único que lo escuchó,
fue mi silencio el que me mató.

 

Una palabra en el momento propicio de la verdad del sentir, te salva, y otra te ahoga. Pero el silencio es un ser misterioso que dice todo y nada, que huye y se agazapa, o que de frente toma el timón y está dispuesto a hundirse con el barco, o es una franca, muy franca sonrisa, que te mira y es contemplación.
Un abrazo desde México...

Anthua62

 

Un saludo desde España y gracias por tu tiempo para leerme.